¡Presidente, la prioridad hoy es gobernar para todos los Colombianos!
El país acaba de pasar por uno de los procesos electorales más reñidos de los últimos tiempos y, sin importar la polarización que desde hace años nos divide, vale la pena reflexionar acerca de qué es lo que el contexto actual exige para el beneficio de la mayoría de los colombianos, más allá de partidismos, egos o triunfalismos. A partir de ahora, el contador inicia en cero y el nuevo mandatario debe cambiarse la camiseta y soltar sus banderas para empuñar una sola, la de Colombia, y comportarse a la altura como el momento histórico lo exige y el país lo necesita.
Lo sucedido durante la campaña, donde la prioridad fueron las agresiones, las evasiones y lograr captar con populismo hasta el último voto, debe quedar atrás. En este momento, las propuestas sólidas y programas bien sustentados y realizables que brillaron por su ausencia en las últimas semanas deben retomarse. Para eso, el nuevo Presidente deberá pulir sus cualidades de liderazgo con determinación e involucrar a la mayor calidad de profesionales capaces a su alrededor. Pero para realizar esta difícil tarea, la perspectiva clara del país y del contexto que lo rodea es clave, pues cualquier acción que se lleve a cabo hoy va a repercutir a futuro y es necesario que así suceda para que sea viable y sostenible en los próximos años.
Es cierto que la formación profesional y el conocimiento completo del país no se dan de un día para otro, pero también lo es que siempre se puede incrementar ese aprendizaje poco a poco para no perder el norte ni tomar decisiones por ignorancia o desconocimiento. Cada región de Colombia es un universo complejo, con requerimientos, necesidades y retos distintos que solo el nuevo Presidente debe dominar para asesorarse correctamente y aplicar las estrategias y programas de su Gobierno. Temas como el narcotráfico, el alto costo de la vida, la desigualdad incrementada en los últimos años, la inconformidad, la falta de oportunidades y educación no se resuelven con pañitos de agua tibia, ni con demagogia. Llegó la hora de enfrentar estas problemáticas y responder con altura al desafío y la confianza que el electorado depositó el pasado 19 de junio.
Capítulo aparte requiere la corrupción, ese cáncer que está carcomiendo las instituciones y que solo se combate con honestidad y mano dura para castigar a todos aquellos que se han robado por años el presupuesto de la nación y defraudado a colombianos que, como nosotros desde la empresa privada, contribuimos legalmente con nuestros impuestos para que Colombia prospere. Definitivamente, no solo es creando más tributos que se soluciona el déficit fiscal, sino también administrando los ingresos que cada colombiano aporta y exigiendo integridad y transparencia en el manejo de cada peso.
Presidente, el país está ahora en sus manos y la voluntad de quienes hemos trabajado por años sigue intacta para colaborarle. Antes de las elecciones muchos decían que más allá de la formación, la experiencia en administración y la capacidad de gobernar, lo prioritario ahora que arranca este nuevo período es unir a los colombianos. Hoy más que nunca la tarea número uno es esa puesto que usted, como nuevo líder, debe demostrar que
gobernará para todos y que implementará las medidas que el país necesita, con los pies bien puestos sobre la tierra.
Presidente, hoy tiene la oportunidad de pasar a la historia como el mejor, ¡no la desaproveche!